Somos potencia en gastronomía, por lo tanto, aquí te recomendamos 5 de los mejores restaurantes a los que puedes ir a disfrutar de la mejor comida peruana ubicados en Lima.
¿Tienes hambre? Aca te recomendamos 5 de los mas ricos restaurantes de comida peruana en Lima!
LA PICANTERÍA - STA. ROSA 388, SURQUILLO
En La Picantería de Héctor Solís terminas cruzando una sonrisa, intercambiando una frase y hasta invitándole al vecino una cucharada de tu sudado para que pruebe qué tal está.
Pero un espacio que permite tantos encuentros de manera orgánica no se construye en un día, es un trabajo que implica la recuperación y puesta en marcha de una idea que debe acompañarnos siempre y ser transversal a todas las clases sociales: la mesa compartida.
El insumo es la base de su credo y su sazón te obliga a regresar cada vez que el bolsillo lo permite. El impecable tratamiento y conocimiento de los productos marinos, el respeto por las temporadas y la puesta en marcha de una cadena de frío propia (el pescado de la mañana, venga del norte o del sur, es el que te comes en el almuerzo) aportan valor agregado y también suman a la cuenta. El precio, elevado a pesar de ser un lugar sencillo y la zona no es una de las más caras de la ciudad, hasta cierto punto se entiende por la extensa logística.

ISOLINA - AV. SAN MARTÍN 101, BARRANCO
En Isolina pasa aquello que sucedía antiguamente en las casas, cuando la comida diaria necesitaba reinventarse para tenernos entretenidos. Ahí, quien estuviera a cargo (madre, padre, abuelos) apelaba a la creatividad y, en tiempos de crisis, al recurseo. Nacieron entonces algunos platillos memorables que ponían en valor insumos poco apreciados que luego pasaron a ser parte del inventario colectivo.
El escabeche de bonito sigue siendo memorable, tanto que el arroz ni siquiera se hace extrañar. Luego los guisos, de fuego lento y trabajo diario: la sangrecita, que con el cau cau se integra de manera agradable para crear un combo divertido; la delicada tortilla de sesos; el olluquito, de corte ligero y guiso profundo; y el seco, que siempre reclama los frejoles con arroz que lo acompañan. Cuidado con el mondongo: si bien el manejo de texturas es el acertado, más tierno y suave para el cau cau y más firme para la versión italiana, en esta última su potencia nos sobrepasó y ni siquiera las papas fritas supieron ponerle calma a los sabores que se disparaban.
Del Castillo mantiene los "grandes éxitos" en su carta, pero además incorpora novedades de cuando en cuando, logrando ese efecto sorpresa que muchos buscábamos al regresar a casa para almorzar luego del colegio. Su carta sigue breve y contundente para compartir, aunque también se sirven medias porciones y hasta un piqueo criollo para que tengan la opción de probar un poquito más.

LA MAR - AV. MARISCAL LA MAR 770, MIRAFLORES
La Mar es un restaurante y cebichería peruana, ubicado en el tradicional barrio de Miraflores, en Lima. Pero a la vez, es un proyecto empresario que intenta difundir la cultura del Perú hacia el resto del mundo a través de sus sedes en Santiago de Chile, Sao Paulo, Miami, Buenos Aires, San Francisco, Doha y Bogotá. Aquí vas a encontrar productos sumamente frescos, comprados esa misma mañana. Allí vas a observar al cocinero preparando el cebiche, entreteniendo tu mirada y generando esa confianza sobre el producto que está manipulando. Vas experimentar pescados preparados de manera sencilla, respetando la tradición clásica pero con particulares toques de la casa.
El ambiente recoge el espíritu de la cebicheria limeña, muy festivo, alegre, espontáneo, colorido y luminoso. Con muchos detalles expresados bajo un diseño sutil. Cocteles divertidos, piscos punch, chilcanos, chips, salsitas, etc. Pizarras con platos que están fuera del menú, fruto de la pesca del día, informando el origen del producto y el nombre del pescador.

FIESTA GOURMET - AV. REDUCTO 1276, MIRAFLORES
Fiesta Gourmet es el ejemplo práctico y actual de una cocina regional peruana fine dining. La construcción pausada y paciente de Héctor Solís en sus fogones, con la joven Virginia Najarro como su jefa de cocina (comanda con solidez el lugar cuando Solís se ausenta), ha logrado poner al día una de las culinarias más sabrosas de nuestro país: la chiclayana. Aquella herencia moche que se pudo pensar alguna vez infranqueable se ha sorteado con elegancia y buen gusto, poniendo como protagonista al insumo y experimentando con técnicas que lo hacen brillar.
La labor se refleja en sus galletas de choclo crujientes, su cebiche clásico preparado al instante y aquel a las brasas, que encuentra la cocción puntual y no fracasa en una suerte de mal sudado. También en sus tortillas jugosas y crocantes en los bordes, en sus concolones de arroz flor y en ese espesado tan casero y ligero, pero a la vez intenso, que integra choclo y culantro y se expande sobre un plato blanco animado por un mero murike. Además, Solís ha tenido la brillante osadía de cambiar la estructura de su carta ofreciendo el pescado por cortes, como si fuese una res.
En el menú se puede elegir el corte: doble lomo, chuletón, coletilla, panza o collar, y encontrar así cómo se expresan as texturas de cada sección. Como lo fibroso de la nuca o la grasa que se acumula en la zona del pecho se distinguen de las crocantes aletillas o la gelatinosa manzana. Finalmente, acompañarlos con distintas guarniciones que van desde un tacu tacu hasta concolón de arroz con pato.

KAÑETE - STA. ROSA 345, SURQUILLO
En el corazón del barrio, Kañete, del chef Israel Laura, se lanza con una cocina sabrosa y confortable, que se aleja de lo convencional ingresando al repertorio varias opciones de pato criollo, además de conejo, gallina de chacra y cochinillo. Acostumbrados a comerlo siempre en la versión norteña (arroz con pato), Laura ha decidido ir un poquito más allá, retomar la línea de exploración que comenzó en su local del Cercado de Lima pero que se desorientó en Miraflores, y recrear recetas de toda la vida (como lo comía en casa, con jugo de naranja y chicha de jora norteña); además de aventurarse por recetas nuevas: como el pato en dos tiempos con chicharrón y magret; o las sorpresitas, unos dumplings cocidos en cerveza negra con encurtidos de loche, que si bien son una buena idea, podrían haber estado más jugosos.
La apuesta por la calidad y trazabilidad de los productos incita a descubrir y a curiosear. La pesca del día también se pone en valor, y las generosas porciones recorren costa, sierra y selva intentando equilibrar aquella despensa biodiversa que, a veces, no estamos muy acostumbrados a disfrutar.
Israel Laura tiene caña, se sabe manejar en la cocina. Domina técnicas y enternece corazones con las historias que hila en cada una de sus preparaciones. Es rebelde, no se duerme en la rutina y esta vez parece haber encontrado su lugar, uno a su medida, donde el espacio refleja su personalidad y alimenta el momento grato.

Cuentanos si logras visitar alguno de estos lugares en los comentarios! 🙉🙉🙉
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